Charlie McCarthy, el ventrílocuo que usaba el cadáver de un niño como muñeco y "murió" a manos de él
El ventrílocuo Charlie McCarthy perdió la vida en extrañas circunstancias, y muchas personas responsabilizan a su "muñeco diabólico".
El ventrílocuo Charlie McCarthy perdió la vida en extrañas circunstancias, y muchas personas responsabilizan a su "muñeco diabólico".
En 1920 ocurrió un insólito hecho que cautivó a la audiencia.
Se trata del ventrílocuo Charlie McCarthy, un hombre que logró el éxito con espectáculos por todo Estados Unidos con la ayuda de su fiel muñeco, al que llamaba 'Edgar Bergen', pero que en extrañas circunstancias apareció sin vida.
Edgar era un muñeco que representaba a un niño de 8 a 10 años, de contextura 'regordeta', rasgos demasiado expresivos, y lo más sorprendente era su tamaño, pues a comparación con el de otros muñecos de aquella época, Edgar los sobrepasaba. Además, sus ojos eran de madera y expresaban tristeza o incluso maldad a simple vista.
McCarthy hizo tan bien su trabajo como ventrílocuo que, muchos llegaron a cuestionarlo, pues su audiencia siempre pensó que el hombre utilizaba algún tipo de brujería para hacer que el muñeco hablará, ya que era "imposible" notar el más mínimo movimiento de sus labios.
Las especulaciones y rumores asustaron a muchos padres quienes prohibieron a sus hijos ir a presenciar dicho show. Además, otro mito que surgió era que el artista no permitía que nadie se le acercara al muñeco, sólo él podía sacarlo, tocarlo y guardarlo en su caja.
Pero su espeluznante y exitosa carrera llegó a su fin en una gira por Nueva York. Una noche, la policía encontró a McCarthy tendido en el piso sin vida, con el cuello destrozado, heridas punzopenetrantes en todo el cuerpo y sin ojos.
Luego buscaron el muñeco, pues la primera hipótesis fue que alguien entró para robar el muñeco y lo asesinaron. No obstante, cuando abrieron la caja, donde se resguardaba 'Edgar', encontraron algo aún más terrorífico: él seguía ahí, muy apacible.
Ante esto, periódicos de la época documentaron que "Edgar, era el asesino de McCarthy".
Al iniciar el análisis, descubrieron algo que le daba un giro al asesinato de McCarthy. Dentro del muñeco encontraron el cadáver de un niño. En sus pequeños dedos encontraron huellas dactilares y su rostro, para ocultar la palidez de su estado, estaba tapada con una máscara de látex.
Jamás se descubrió cómo Charlie McCarthy logró conservar tan bien el cadáver.
Uno de los rumores que tomó fuerza fue que el cadáver podría tratarse de su propio hijo y que frente al dolor de la pérdida que experimentó, no fue capaz de enterrarlo y le otorgó una segunda vida incluyéndolo en sus shows.