Por: Willmary Montilla • Bolivia.com

Héctor Garibay quiere hacer historia en los Juegos Olímpicos 2024

El fondista orureño quiere hacer historia en los Juegos Olimpicos 2024. 

Actualización
Garibay ha intensificado los entrenamientos durante los últimos día, en miras de los Juegos Olímpicos 2024. Foto: EFE
Garibay ha intensificado los entrenamientos durante los últimos día, en miras de los Juegos Olímpicos 2024. Foto: EFE

El fondista orureño quiere hacer historia en los Juegos Olimpicos 2024. 

Un entrenamiento sin tregua en Oruro, su tierra natal, marca la rutina de Garibay, quien en los últimos tres años ha conquistado la medalla dorada en los maratones de Buenos Aires y México, y la plateada en Asunción, Lima y la carrera París-Versalles y que anhela hacer historia en los Juegos Olímpicos 2024 de París. 

El atleta está concentrado en su próxima participación en los Juegos de París, y sueña con darle a su país la ansiada medalla olímpica que le hace falta.

"Todo es posible, estamos convencidos de que todo puede pasar. Por eso cada día venimos a entrenar con ese objetivo de seguir mejorando (...) Vamos a ir (a París) a pelearla con todo", dijo Garibay. 

Garibay logró la clasificación a París en febrero del año pasado, tras finalizar en el puesto 13 de la Maratón de Sevilla con un tiempo de 2h07:44 que bajó en más de un minuto el récord nacional que él mismo fijó en 2022, en la misma competencia (2h09:08).

No fue un logro menor, ya que por los nervios y el cambio de horario no pudo descansar bien y casi se queda dormido, según contó, aunque el desenlace fue feliz. Nacido en 1988 en el centro minero de Totoral, su recorrido ha estado lleno de sacrificios y esfuerzo, desde tener que subir de niño al cerro para llevar el almuerzo a su padre, recordó.

"Desde los inicios vamos optando por obtener la resistencia cada día más y más" y hoy eso "da frutos" para adecuarse al entrenamiento, sostuvo.

En su adolescencia se mudó a la ciudad de Oruro, a 3.735 metros de altitud, donde terminó el colegio y luego estudió mecánica industrial, lo que le permitió ganarse el sustento haciendo "soldaduras" y "tinglados" o cobertizos de metal. También jugó al fútbol en divisiones inferiores y trabajó como taxista.

Curiosamente, Garibay llegó al mundo del atletismo a través del fútbol, pues fue una lesión sufrida en la cancha la que le llevó a querer rehabilitarse mediante carreras y ejercicios en la pista del estadio orureño Jesús Bermúdez, donde conoció a su actual entrenadora, la profesora Nemia Coca, y su esposo, Marcelo Peñaranda.

Garibay confesó que lo que le inspira para ganar es su familia, que ha sido "el mayor inversionista" en su carrera. "Ellos han sido los que me motivan cada día, a pesar de que algunas veces no tuve nada y ellos con la motivación y el apoyo siempre me han sacado adelante", expresó.